Noche estrellada, noche de estrellas.
Caminando por la noche, delante va ella.
En la negrura nocturna del bosque,
frío en el cuello,
avanzando entre árboles,
sin miedo y ligero.
Sin ver nada, con los ojos cerrados,
confío en su mano, sigo sus pasos.
Calidez y frío se dan de igual manera,
calor en la palma, hielo por fuera.
La luna alumbra su rostro bello,
sonríe e ilumina el bosque y el cielo.
Noche de día y frío caliente,
oscuro por fuera y luz muy adentro
subimos la colina;
profundos sentimientos.
La hierba mojada de rocío,
los ojos contemplan el firmamento:
la danza cósmica las estrellas admiran,
la luna baila, el sol la envidia.
Brazos cálidos, latidos y sintonía.
Azabache el cabello, abro los ojos,
profundo abismo esmeralda
nado, me sumerjo.
Cierro los ojos, abro mi espíritu,
caricias en el alma,
mariposas en el estómago
amor verdadero.
Sus labios en los míos
a Cronos detienen,
el baile cósmico termina;
eclipse inminente.
El sol se gira,
la luna ya no baila,
ambos se miran,
se funden,
se besan,
se aman.